Si la pena me permitiese odiar ciertas cosas,
y el rencor se adueñara de mi pobre corazón
hoy sentiría ajena la ilusión de tenerte cerca.
Si el dolor emigrara hacia otro rincón de mi cuerpo,
y si el amor funcionara como antidoto o remedio,
hoy desearía más que nunca que me amaras por un momento.
Y si las palabras que te he dedicado,
no complacen tus oidos,
Y si mis actos no los vieran tus ojos enceguecidos,
Tal vez, quizá hoy me resignara a que ya te he perdido.
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